Ahí va mi contribución:
En ese momento, un ruido continúo y desagradable le avisó que debía volver al trabajo. Así que, tras dar una última mirada a aquel campo de naranjos que, en ciarta manera, le recordaba al jardín de las Hespérides, subió las escaleras. Sin apenas darse cuenta, se encontró frente la puerta que abrió cual caja de Pandora, porque sabía que sus alumnos estaban enfrascados en el estudio de los últimos descubrimientos en etimología.
-Sí- pensó- ya lo tengo decidido. Iniciaré muy pronto mi viaje a Ítaca. Quizás allí encuentre la solución a los secretos de Argos que martillean mi pensamiento-.
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Mertxu Porque me gusta
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