(...) Al día siguiente se levantó con una sensación de satisfacción y tranquilidad impropias en él. Le parecía oír todavía la voz del cazurro ilustrado que se le había aparecido en sueños diciéndole "Al carajo el colegio, basta de preocuparte por hacer materiales para niños con cabeza y para maestros". Pero ese no había sido el principal mensaje de tan singular individuo. —Son tres palabras, o quizá cuatro, pero ¿cuáles? —pensaba en voz alta. Por fin, las recordó: Ven a Edublogs 2008.
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eRoman
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